Por Liseth Jaen Hurtado
Silu es un hombre rata, él no se reconoce como tal, se considera un ser humano normal acorde a los estereotipos de su mundo y se asocia con otros humanos rata que son similares a él.
En los últimos años él y quiénes le rodean han descubierto que sus amistades, familiares , conocidos e incluso desconocidos están muriendo repentinamente, la humanidad que conocen está desapareciendo alarmantemente.
Silu ha dedicado una parte importante de su vida a descubrir la causa de esas muertes repentinas para acabar con ellas y hoy está más cerca que nunca de descubrir la respuesta a sus dudas, ha decidido ir hasta los límites de lo conocido. En este viaje, con el apoyo de su grupo primario se ha encontrado con una sorpresa.
Él y la humanidad a la que pertenece son el resultado de un error fatal del sistema, se han convertido en seres diferentes a los originales, por considerarles un error. Los humanos originales, han generado venenos invisibles para acabar con esta humanidad considerada una equivocación .
Silu está en shock, no sabe qué es mejor para seguir adelante…
Finalmente decidió dialogar con su grupo, debatieron durante varias horas hasta que llegaron a la conclusión de que lo mejor era hablar con los extraños seres que se encontraron. Fué una decisión valiente, tomando en cuenta que tenían que encontrarse con quiénes los estaban matando.
Se organizaron para llegar al mundo que hasta entonces les era desconocido, decidieron ingresar con cautela y disfrazados; poco a poco, fueron descubriendo que estaban ante humanos similares a ellos, pero con apariencia diferente. Se enteraron que estos «primeros» humanos habían creado; sin querer, a los humanos rata.
Luego de investigar un poco, descubrieron que su estrategia tenía que ser imperceptible, irónicamente, decidieron el camino opuesto a los seres que quieren eliminarlos. Los humanos rata adoptaron como estrategia curar a los «primeros» humanos de una forma sutil, decidieron lograr mediante la convivencia hacer entender a estos humanos que los humanos rata también merecen vivir, la clave será aprender a convivir y compartir, desde las diferencias.