Por María Fátima Guzmán Soleto
En el año 2124, en una era donde la tecnología y la magia se entrelazaban de formas increíbles, nació una figura mítica: Astrid Nexa. Con 250 años de experiencia y la apariencia de una joven de 25, Astrid ha sido testigo de la evolución del mundo, integrando la magia ancestral con los avances cibernéticos para convertirse en una bruja cibernética.
Los Primeros Años
Astrid Nexa nació en una pequeña aldea en la Ciudad de Neo-Atlantis, en un futuro donde la humanidad tiene colonizado a otros planetas y la magia es una realidad cotidiana. El lugar Montañas del Alba es una comunidad rica en tradiciones mágicas. Desde temprana edad, Astrid mostró una afinidad natural por la magia, algo que heredó de su madre, una poderosa hechicera.
Astrid tiene el cabello negro y largo, con reflejos purpúreos que brillan en la oscuridad. Sus ojos son verdes y tienen un brillo tecnológico. Lleva un traje de cuero negro con detalles de circuitos electrónicos y un collar de piedras preciosas que amplifican sus poderes mágicos.
Su curiosidad por la tecnología la distinguió de sus contemporáneos. Mientras otros niños jugaban con amuletos mágicos, Astrid pasaba horas experimentando con artefactos tecnológicos antiguos que encontraba en las ruinas cercanas, como el reloj del tiempo, la vara de energía, los cuchillos de código, la pistola de hackeo, las gafas de realidad aumentada, las tableta de hechizos.
Sus habilidades en la magia se fueron incrementado a medida que crecía.
Magia cibernética
Astrid puede controlar dispositivos electrónicos y robots con su mente, también manipular, generar y controlar la energía para crear explosiones, campos de fuerza o proyectar rayos y tiene la capacidad de la teletransportación. Astrid puede viajar instantáneamente a través del espacio y el tiempo; ella posee una personalidad inteligente, es astuta, independiente y rebelde, apasionada por la justicia y la protección de los débiles, secretamente vulnerable y emocional.
Descubrimiento del Ciberespacio
Durante su juventud, Astrid descubrió el Ciberespacio, un reino digital donde las reglas del mundo físico no se aplicaban. Así, sus habilidades mágicas se expandieron exponencialmente. En una noche de luna llena, sentada frente a su computadora modificada mágicamente, Astrid abrió una puerta hacia un mundo nuevo. Aprendió a manipular datos como si fueran elementos mágicos y pronto su fama como bruja cibernética se extendió por todo el mundo. Los encantamientos tradicionales se convirtieron en algoritmos, y los rituales se mezclaron con códigos binarios.
Astrid lleva por muchos años varias batallas en su vida de bruja, ya que no le gusta estar en un solo planeta; y se pierde por muchos días y semanas.
Su pueblo, como tantos otros, también tiene enemigos en la misma aldea de brujos y debe estar alerta ante cualquier emboscada, es por eso que se preocupan sus padres y ya tuvieron varias batallas con otras aldeas de brujos, pero con los que nunca podrán vivir en el mismo planeta es con este grupo de brujos sanguinarios, desalmados y forajidos con quienes tuvieron varios problemas que desembocaron en fuertes contiendas.
La Batalla contra el Oscurantismo Tecnológico
A medida que Astrid ganaba poder, surgieron enemigos. El mayor de ellos fue el Oscurantismo Tecnológico, una secta que veía la combinación de magia y tecnología como una abominación. Durante años, Astrid luchó contra ellos, usando sus habilidades cibernéticas para proteger a su comunidad y avanzar en la integración de ambas disciplinas. Fue en esta lucha donde desarrolló su característico software encantado, capaz de proteger y atacar con igual intensidad.
Sus noches se llenaron de duelos mágicos y cibernéticos, pero su espíritu nunca flaqueó.
Pasados los años, fue perfeccionando todos los poderes que había adquirido y creó muchos hechizos de protección para que se pueda fusionar y consolidar la magia tradicional con la cibernética; así derrotó al grupo del Oscurantismo Tecnológico, cuyos integrantes entendieron que deben dar ese salto a la cibernética, si no están destinados a desaparecer o exiliarse en el planeta de los olvidados.
La Era de la Sabiduría
Con el paso de los siglos, Astrid Nexa se convirtió en una figura de sabiduría y guía. Fundó la Academia Cibernética de Magia, donde jóvenes, brujas y magos aprendían a integrar la tecnología con sus habilidades mágicas. A través de sus enseñanzas, Astrid forjó una nueva generación de hechiceros cibernéticos, asegurando que su legado perdurara. Sus escritos y software mágico se convirtieron en la base de muchos estudios avanzados. Los estudiantes la veían como una madre y mentora, y cada día Astrid se sentía más orgullosa de ellos.
La generación de brujos y brujas que formó durante tantos años conlleva un pensamiento más abierto. Ellos tienen la capacidad de mediar para que no existan batallas entre grupos de brujos y brujas. Astrid ha creado una manera muy benevolente de llevar el planeta, ha implantado nuevas normas, tanto que actualmente no existen batallas ni guerras, siempre se habla con los pobladores y se escucha sus necesidades.
Astrid se ha vuelto una gobernante muy sabia, no le gustan los conflictos, llama a los Aquelarres constantemente y convoca a las brujas y los brujos de mayor sabiduría, implanta el sistema de la Holocracia, que es un sistema donde las autoridades se distribuyen de manera horizontal el poder, sin una jerarquía centralizada, los habitantes y clanes de brujas y brujos trabajan de manera unida para tomar las decisiones de cómo llevar el planeta y que sus habitantes vivan en paz y armonía para un progreso constante. A su vez, los brujos y las brujas están en constante aprendizaje de otras magias, hechizos y conjuros de tierras lejanas.
Astrid se pierde en sus reflexiones y en el Futuro Ahora.
A sus 250 años, Astrid Nexa reflexiona sobre su vida y los cambios que ha presenciado. La integración de la tecnología y la magia ha transformado el mundo, y ella ha sido una pionera en ese camino. Aunque ha enfrentado desafíos y enemigos, su visión de un mundo donde la magia y la tecnología coexisten armónicamente sigue vigente. Astrid sabe que aún hay mucho por descubrir y enseñar, y está preparada para enfrentar el futuro con la misma pasión y curiosidad que la han acompañado toda su vida de perseverancia, innovación y sabiduría. Su legado como bruja cibernética continúa inspirando a aquellos que buscan romper las barreras entre lo mágico y lo tecnológico. Su historia no solo es un testimonio de sus habilidades, sino también de su visión de un mundo mejor.